Mostrando entradas con la etiqueta marketingonle. Mostrar todas las entradas

Todo el mundo tiene su mercado




Cuando de camino al teatro descubres que SI, ES VERDAD, TODO EL MUNDO TIENE SU MERCADO….

Durante el fin de semana he quedado con una amiga, excompañera de trabajo que hacía mucho tiempo que no veía, el plan, como no podía ser de otra manera, ir al teatro (ya ha quedado claro lo de mi teatr@dición en un post anterior….). Conocedora de sus gustos, voy sobre seguro y compro dos entradas de una obra que ya he visto (y he realizado la crítica), y que sé que le gustará (ya sabéis, esas cosas que se hacen por los amigos y a veces, incluso por la familia….)

Vamos a la taquilla con tiempo así que, antes de entrar al teatro, decidimos tomar algo en un bar cercano. Desde que entramos por la puerta del bar, noto que un chicarrón fornido (y porque no decirlo, algo bebido), no me quita ojo (extraña sensación y notoria cuando normalmente me rodea la invisibilidad), circunstancia que también es percibida por mi amiga que, en un alarde de sutileza, me dice algo así como:

• Ese tío no te quita ojo.
• Ya sabes el imán que tengo para atraer todo tipo de situaciones surrealistas, así que lo más probable es sea un zumb.….

No he terminado de decir la frase cuando el susodicho se me acerca rápidamente y mantenemos esta especie de conversación:

• Desde que has entrado por la puerta no te he podido quitar ojo.
• Ya veo
• ¿Tanto se ha notado? Es que no puedo dejar de mirarte, esto debe ser que estamos predestinados, de todos los bares que hay en Madrid has entrado justo en este…
• Bueno, es que vamos al teatro y este bar está enfrente, tampoco es que se tengan que alinear muchos astros…. Y a qué se debe tanta mirada? (al mismo tiempo que lo verbalizaba me iba arrepintiendo, es la costumbre a veces mi boca es más rápida que mi cerebro, torpeeeeee…. ya sabes que, si no quieres oír la respuesta para que c… haces la pregunta…)
• Es por tu imagen
• ¿Mi imagen?
• Si, tu cara y eso...
• (vale, creo que ya sé por dónde van los tiros, y ya que he llegado hasta aquí, voy a entrar en el juego a tope y ver qué pasa…, directa…, arriesgandooooo….) quieres decir por mi cara de monja.
• Bueno…. No lo quería decir yo, por si te molestaba o te ofendías, pero si, tienes cara de monja y es que…. a mi…. las monjas……. ¡¡¡¡¡¡¡ ME PONENNNNNNNNNN!!!!!!!!!!!!
• (lo sabía…., soy un imán…., pareces nueva…..) ya…………..
• Me pones tanto que si tú quieres, ahora mismo, pasamos de todo este personal, nos tiramos sobre la barra del bar, te arranco la ropa a mordiscos y rompemos las puertas del cielo….
• Uhmmmmmmmm (y ahí estoy yo con cara de plato como un emoticono con expresión de… déjame que lo piense…, puffff menudo dilema, escoger entre romper las puertas del cielo y el teatro….) bueno, chaval que va a empezar la obra y tenemos que irnos (me doy la vuelta y miro a mi amiga que, por supuesto, estaba ‘escojona’ de la risa y le hago un gesto de ‘vamonossss porrrr dioooooo’), pues nada, un placer conocerte (salimos del bar y cruzamos la calle en dirección al teatro) mientras el susodicho, en la calle junto a la puerta del bar, no para de gritar:
• No te vayas, no me hagas esto, no me dejes asíiiiii….. dame tu númerooooooooooo……………………

Por primera vez mi amiga dice algo (la primera frase que dijo ‘ese tío no te quita ojo’ no cuenta por obvia):

Tenemos que quedar más a menudo, ya se me había olvidado que siempre te pasan estas cosas tan divertidas (será cabrona… bueno, no te enfades si lees esto, que ya sabes que lo digo desde el cariño… pero ya te vale….), y continua, no me había reído tanto desde que nuestro exjefe se comió el trozo de ambientador pensando que era una gominola…

(Si eso también paso, pero ya os lo cuento otro día….)


Imagen Pixabay
Gratis para usos comerciales 
No es necesario reconocimiento